lunes, 24 de marzo de 2014

Cuento - Historia de los bonobos con gafas

 

Hace muchos muchísimoss años la tribu de los bonobos vivía en un bosquecillo frondoso. Los bonobos estaban siempre muy ocupados mascando los frutos y bayas, pepitas y semillas, raíces y capullos que las bonobas recogían todo el día para ellos y para los bonobos chiquitines.
Los bonobos parloteaban sin descanso, parloteaban y comían, comían y batían las palmas y golpeaban los troncos de los árboles como si fueran tambores. El estruendo que armaban se oía desde muy lejos y los pangolinos y lorilentos, sus vecinos, que eran muy amantes de hacer la siesta, se lamentaban amargamente.


Un día, un poco aburridos de hacer siempre lo mismo, los bonobos decidieron instruirse. Después de días y más días de discusiones, votaciones, deliberaciones, conclusiones y decisiones, los cuatro bonobos más guapos partieron hacia Belfast para aprender inglés.
Y un un buen martes, los cuatro guapos volvieron de Belfast, cada uno con un par de gafas y una maleta negra. Los cuatro bonobos gafudos se instalaron en el árbol más alto, y se pasaron un día entero gritando palabras rarísimas que nadie sabía ni entendía: “Full!! Stop! Ring! Black!”, gritaban.
Los otros bonobos estaban petrificados de admiración, y entonces les enseñaron a los otros bonobos las palabras y cuando las habían aprendido les daban un par de gafas negras que habían traído en las maletas.

Pero... también las bonobas escuchaban las lecciones, y también ellas aprendieron las palabras. Pero los bonobos no les daban las gafas porque había la costumbre de que las bonobas llevaran un pañuelo en la cabeza, y con el pañuelo las gafas resbalaban y caían.
Algunas bonobas quisieron quitarse el pañuelo para poder llevar gafas, pero los bonobos se rieron y burlaron tanto que tuvieron que volver a ponerse los pañuelos a toda prisa. Los bonobos pensaban: “Es mejor así porque si las bonobas se pusieran también a enseñar palabras ¿quién recogería los frutos y las bayas, las pepitas y las semillas, las raíces y los capullos para nosotros y para los pequeños?” 

Pero las bonobas se cansaron y... un buen día decidieron cambiar de bosquecillo y hacer solo aquellas cosas que les gustaba de verdad. Y plantaron flores y hierbas aromáticas, hicieron música, fabricaron hamacas fresquitas para el verano y tejieron colchas para las noches frías, se inventaron juguetes para los niños...
El bosquecillo se volvía bonito, tranquilo y cómodo. Estaba lleno de música y juegos. Olía muy bien. Las bonobas y los bonobitos recogían juntos los frutos y las bayas, pepitas y semillas, raíces y capullos, cada uno para sí y todos para los más pequeños.


Y los bonobos tuvieron que quitarse las gafas y buscarse la comida. Y parece, incluso, que algunos bonobos pidieron a las bonobas quedarse allí y compartir aquella vida tan agradable. Pero sobre esto, nada se sabe con certeza. Esta historia ocurrió hace tantos, tantísimos años...
                                                                                                                           Adela Turín

Esta preciosa historia de Adela Turín es todo un clásico ilustrado que reivindica el papel de lucha y superación de la mujer en una sociedad machista, la cual impone límites y establece cuáles son o deben ser los roles que debe desempeñar el hombre y la mujer en la sociedad en la sociedad en la que vivimos.

Actividades para trabajar en clase en el 1er Ciclo de ESO:
* Enumera las tareas que hacían los bonobos y las bonobas y di si tal distribución de tareas es justa o no y a qué crees que es debida.
* ¿Qué simbolizan las gafas? 
* Reflexiona sobre el reparto de tareas en tu familia y expon ante la clase qué tareas domésticas realizas en casa.

Actividades interactivas en:
https://dl.dropboxusercontent.com/u/14722558/bonobos/bonobos.html 

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